Carta del arzobispo John Nienstedt

Más información sobre el Reorganización de la Archidiócesis de Saint Paul y Minneapolis.

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Ver un vídeo del 16 de enero de 2015 rueda de prensa.

Todos nos hemos sentido desolados por las revelaciones de las historias de quienes han sufrido abusos sexuales por parte del clero. Víctimas, supervivientes y sus seres queridos han compartido personalmente conmigo sus desgarradoras historias. He percibido su rabia, su dolor y su intenso sentimiento de traición por estos actos impensablemente malvados. Lamento profundamente su sufrimiento. Espero hacer todo lo posible para ayudarles a sanar.

Debemos unirnos para atender a todos los que han sido heridos durante esta trágica época de la historia de nuestra Iglesia. Como anunciamos en octubre, seguimos trabajando con los representantes de las víctimas y supervivientes para asegurarnos de que hacemos todo lo posible para prevenir los abusos sexuales a menores, así como para ser instrumentos de curación para quienes han sufrido abusos.

Con ese fin, he ordenado que se presente una petición de reorganización de la Corporación Arquidiocesana conforme al Capítulo 11 ante el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos del Distrito de Minnesota. Nota: esta solicitud no incluye las parroquias ni las escuelas.

Tomo esta decisión porque creo que es el recurso más justo y útil para las víctimas/sobrevivientes que han presentado reclamaciones contra nosotros. La reorganización permitirá que los recursos finitos de la Arquidiócesis se distribuyan equitativamente entre todas las víctimas/sobrevivientes. También permitirá que la Arquidiócesis proporcione los servicios esenciales requeridos para continuar su misión dentro de este distrito de 12 condados.

Debe señalarse que esta acción no eludirá en modo alguno nuestras responsabilidades para con quienes se han visto afectados por abusos sexuales cometidos por clérigos. No se trata de un intento de silenciar a las víctimas ni de negarles justicia ante los tribunales. Al contrario, queremos responder positivamente compensándolas por su sufrimiento. Los abogados de los demandantes y yo estamos de acuerdo en que debe darse prioridad a proporcionar recursos a las víctimas/sobrevivientes.

Hemos tomado esta decisión con reflexión, oración y colaboración. He consultado a expertos en el campo de la quiebra, las finanzas, los seguros, el derecho civil y canónico, la aplicación de la ley, el abuso sexual infantil y la defensa de las víctimas. Ellos me han aconsejado que el Capítulo 11 de Reorganización es el recurso más justo y útil para la resolución de las reclamaciones de las víctimas. He recibido la aprobación de las juntas consultivas de la Arquidiócesis, a saber, la Junta Corporativa Arquidiocesana, el Consejo Financiero Arquidiocesano y el Colegio de Consultores. Están de acuerdo en que la Reorganización es el mejor foro en el que se puede establecer una resolución negociada que compense justa y equitativamente a los demandantes y permita a la Archidiócesis continuar con su importante misión de evangelización.

Los documentos incluidos en nuestra presentación de Reorganización proporcionan información financiera detallada sobre los activos de la corporación arquidiocesana. Gran parte de esta información ya se ha hecho pública en nuestros informes financieros de los años fiscales 2013 y 2014. Durante las próximas semanas y meses, se presentarán documentos adicionales ante el tribunal. Seguiremos publicando los documentos pertinentes en el sitio web de la arquidiócesis, www.archspm.orge incluirá más información en El espíritu católico.

Por último, los hombres y mujeres de mi equipo se unen a mí para hacer esta promesa a ustedes, los fieles de la Archidiócesis:

  • Seguiremos centrándonos en crear y mantener entornos seguros. En resumen, la protección de los menores es una prioridad absoluta, y condiciona todas nuestras acciones y decisiones.
  • Estamos haciendo todo lo posible por resolver estos problemas mediante la colaboración, la cooperación y la reconciliación.
  • Todos los recursos que no sean esenciales para los ministerios centrales se destinarán a estos esfuerzos.
  • Cuidaremos de aquellos que se han visto perjudicados por los abusos sexuales del clero. Seguiremos facilitando el proceso de curación de nuestra Iglesia local para restablecer la confianza de los fieles católicos, que confían en que el clero y los dirigentes de la Iglesia tomen decisiones virtuosas para el bienestar del Cuerpo de Cristo.
  • Y trabajaremos duro para restablecer la confianza con nuestro clero, que son hombres entregados que merecen nuestra confianza y respeto.

Aún nos queda un largo camino por recorrer para restablecer la confianza mediante la humildad, la competencia y la transparencia, a fin de responder con compasión a todos los que han sido heridos, seguir expiando los pecados cometidos y fomentar la curación. La solicitud de reorganización marca otro paso importante en nuestro camino como Iglesia local.

Pongamos nuestra confianza en Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, y en su santa Madre, María. Que sigan siendo nuestros guardianes, así como nuestra inspiración y fuente de confianza.

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